Industria literaria.

Hola, me llamo Randal y soy alcohólico. Sí, tengo nombre de hombre y me siento como un hombre aunque sea una prostituta de lujo, la cuestión es que me mola el alcohol. Quizá consideréis éste un dato innecesario, pero os aseguro, amigos míos, que el Vodka desenvolvió el papel protagonista en lo que os voy a narrar. Y esto es, el nacimiento de un genio. El genio que confundió su bol de cereales con un bidón de gasolina, he aquí el comienzo de mi adicción. Pues fue ese bidón, con su astucia y su maldad, quien me introdujo en el mundo de colores y formas aleatorias donde el azar es el único dios, y ése, ése amigos míos, soy yo.

Hola, me llamo Randal y soy alcohólico. Sí, tengo nombre de hombre y me siento como un hombre aunque sea una prostituta de lujo, la cuestión es que me mola el alcohol. Quizá consideréis éste un dato innecesario, pero os aseguro, amigos míos, que el Vodka desenvolvió el papel protagonista en lo que os voy a narrar. Y esto es, el nacimiento de un genio. El genio que confundió su bol de cereales con un bidón de gasolina, he aquí el comienzo de mi adicción. Pues fue ese bidón, con su astucia y su maldad, quien me introdujo en el mundo de colores y formas aleatorias donde el azar es el único dios, y ése, ése amigos míos, soy yo. ¿Eres el azar? Sí, me contesté y a modo de autorréplica me dije "Qué porquería has puesto". Posteriormente finalicé mi sentencia con un fuerte y estremecedor "Miau"

Hola, me llamo Randal y soy alcohólico. Sí, tengo nombre de hombre y me siento como un hombre aunque sea una prostituta de lujo, la cuestión es que me mola el alcohol. Quizá consideréis éste un dato innecesario, pero os aseguro, amigos míos, que el Vodka desenvolvió el papel protagonista en lo que os voy a narrar. Y esto es, el nacimiento de un genio. El genio que confundió su bol de cereales con un bidón de gasolina, he aquí el comienzo de mi adicción. Pues fue ese bidón, con su astucia y su maldad, quien me introdujo en el mundo de colores y formas aleatorias donde el azar es el único dios, y ése, ése amigos míos, soy yo. ¿Eres el azar? Sí, me contesté y a modo de autorréplica me dije "Qué porquería has puesto". Posteriormente finalicé mi sentencia con un fuerte y estremecedor "Miau". Abrumados quedaron todos ante mis palabras, "¡Vuélvalo a pronunciar!", dijeron, "¡Miau!", grité abriendo los aplausos que me siguieron. Y así es como me los gané. Y así es como me perdí.

Hola, me llamo Randal y soy alcohólico. Sí, tengo nombre de hombre y me siento como un hombre aunque sea una prostituta de lujo, la cuestión es que me mola el alcohol. Quizá consideréis éste un dato innecesario, pero os aseguro, amigos míos, que el Vodka desenvolvió el papel protagonista en lo que os voy a narrar. Y esto es, el nacimiento de un genio. El genio que confundió su bol de cereales con un bidón de gasolina, he aquí el comienzo de mi adicción. Pues fue ese bidón, con su astucia y su maldad, quien me introdujo en el mundo de colores y formas aleatorias donde el azar es el único dios, y ése, ése amigos míos, soy yo. ¿Eres el azar? Sí, me contesté y a modo de autorréplica me dije "Qué porquería has puesto". Posteriormente finalicé mi sentencia con un fuerte y estremecedor "Miau". Abrumados quedaron todos ante mis palabras, "¡Vuélvalo a pronunciar!", dijeron, "¡Miau!", grité abriendo los aplausos que me siguieron. Y así es como me los gané. Y así es como me perdí.
Habiendo visto esas caras di paso ligero hacia mi casa, con miedo, me dijeron momentos antes que en mi casa me esperaba una sorpresa.Por

Hola, me llamo Randal y soy alcohólico. Sí, tengo nombre de hombre y me siento como un hombre aunque sea una prostituta de lujo, la cuestión es que me mola el alcohol. Quizá consideréis éste un dato innecesario, pero os aseguro, amigos míos, que el Vodka desenvolvió el papel protagonista en lo que os voy a narrar. Y esto es, el nacimiento de un genio. El genio que confundió su bol de cereales con un bidón de gasolina, he aquí el comienzo de mi adicción. Pues fue ese bidón, con su astucia y su maldad, quien me introdujo en el mundo de colores y formas aleatorias donde el azar es el único dios, y ése, ése amigos míos, soy yo. ¿Eres el azar? Sí, me contesté y a modo de autorréplica me dije "Qué porquería has puesto". Posteriormente finalicé mi sentencia con un fuerte y estremecedor "Miau". Abrumados quedaron todos ante mis palabras, "¡Vuélvalo a pronunciar!", dijeron, "¡Miau!", grité abriendo los aplausos que me siguieron. Y así es como me los gané. Y así es como me perdí.
Habiendo visto esas caras di paso ligero hacia mi casa, con miedo, me dijeron momentos antes que en mi casa me esperaba una sorpresa. ¡Y así fue! Ahí estaba mi madre para celebrar mi victoria, ¡Vodka!

Hola, me llamo Randal y soy alcohólico. Sí, tengo nombre de
hombre y me siento como un hombre aunque sea una prostituta de lujo, la
cuestión es que me mola el alcohol. Quizá consideréis éste un dato
innecesario, pero os aseguro, amigos míos, que el Vodka desenvolvió el
papel protagonista en lo que os voy a narrar. Y esto es, el nacimiento
de un genio. El genio que confundió su bol de cereales con un bidón de gasolina, he aquí el comienzo de mi adicción. Pues
fue ese bidón, con su astucia y su maldad, quien me introdujo en el
mundo de colores y formas aleatorias donde el azar es el único dios, y
ése, ése amigos míos, soy yo. ¿Eres el azar? Sí, me contesté y a
modo de autorréplica me dije "Qué porquería has puesto". Posteriormente
finalicé mi sentencia con un fuerte y estremecedor "Miau". Abrumados
quedaron todos ante mis palabras, "¡Vuélvalo a pronunciar!", dijeron,
"¡Miau!", grité abriendo los aplausos que me siguieron. Y así es como
me los gané. Y así es como me perdí.
Habiendo visto esas caras
di paso ligero hacia mi casa, con miedo, me dijeron momentos antes que
en mi casa me esperaba una sorpresa. ¡Y así fue! Ahí estaba mi madre para celebrar mi victoria, ¡Vodka! Tras probarlo, cosa que no tendría que haber hecho, decidí vender a mi madre a la mafia chino-catalano-italiana para comprarme 5 míseras botellas más de vodka de "La Pulga Roja" y un par de botellas de whisky cuyos nombres no recuerdo, el caso es que, con mi madre vendida y mi padre muerto, decidí ir a rescatar a mi madre, lo conseguí, quizás os diga como.